Kapé Kapé

12 de Octubre de 2019

Con más de 70 años a cuestas, el cacique yekwana César Suárez ha visto pasar muchos gobiernos, gestiones y cambios sociales, ninguno de ellos en beneficio de las comunidades y pueblos indígenas.

Desde el sector Chujurana, en el Alto Erebato, este indígena nos presentó una radiografía de su comunidad, que bien podría confundirse con la de la mayoría de los pueblos indígenas del país, especialmente aquellos afectados por la minería en sus territorios ancestrales, especialmente a la luz de este 12 de octubre, en el que sólo cabe reconocer la capacidad de resistencia de nuestros pueblos a las constantes y reiteradas vulneraciones de sus derechos humanos y constitucionales.

“Ahora que comenzaron las clases, los niños no tienen cuadernos, lápices, zapatos, ni uniformes para comenzar su año escolar, los gobiernos lo que hacen es comprometerse y no cumplen”.

Según el estudio más reciente realizado por Kapé Kapé en las comunidades del Caura y Erebato, 80% de las escuelas indígenas están abandonadas, sus maestros se han ido por la falta de materiales de trabajo o para dedicarse a otras actividades más lucrativas.

“La minería ha traído muchas enfermedades al Caura, no sólo para los indígenas, para los no indígenas también, desde la boca del Caura hasta la cabecera. Lo que se ha presentado mucho en la comunidad son el paludismo y enfermedades de la piel.

A veces hacen operativos de salud, pero no llegan a todas las comunidades, aunque dicen que fuimos atendidos 100%, no es así, me gustaría decir eso si ellos caminaran desde Maripa hasta la cabecera del río, ni siquiera llegamos a 10%”.

El panorama sanitario en estas comunidades es de total desatención,  con el 70% de los módulos abandonados y sin medicinas. El poco personal médico que permanece son los enfermeros de las mismas comunidades, que se mantienen por la dedicación de ayudar a sus hermanos indígenas, pero la cruda realidad se impone y en la mayoría de los casos les impide realizar su labor.

Por ejemplo, un microscopista que debe llevar las muestras para descartar la malaria hasta Maripa, debe moverse por sus medios y con ayuda de la comunidad, pues no hay ningún dispositivo oficial que se encargue de esta tarea.

Suárez continua su relato refiriéndose a las formas en las que la minería los ha afectado “por la situación hemos tenido inconvenientes con los militares cuando nos desplazamos desde Maripa hasta nuestras comunidades. Todas las cosas que nosotros llevamos nos las decomisan, a veces no dicen que paguemos, y si no tenemos real nos decomisan. Así actúan allá en el Caura.

Otro problema que tenemos en nuestras comunidades por la minería es el combustible. No tenemos cómo acceder, porque todo lo maneja el Gobierno. Antes no teníamos necesidad de sacar papeles para comprar gasolina, hoy en día se ve eso.

Para nosotros trasladarnos hasta nuestras comunidades tenemos que tener tambores de gasolina, las comunidades no nos quedan cerquitica. Para llegar a la comunidad donde nosotros vivimos se toma una semana subiendo el río desde Maripa y hay comunidades que quedan más lejos, 8 días, 11 días, eso gasta mucha gasolina. Eso es lo que no entiende el Gobierno, piensan que estamos mintiendo y que todos somos mineros.

Como no nos venden la gasolina con los permisos, tenemos que comprarla a revendedores y cada tambor nos lo están vendiendo en 100 mil bolívares. Desde Maripa, hasta El Playón se gastan 4 tambores.

La gasolina no la usamos sólo para las lanchas, también tenemos maquinitas de rayar yuca, plantas de luz, motosierra, para todo eso usamos gasolina”.

Este cacique de la comunidad yekwana Chajuraña, denunció que desde hace 6 meses no tienen acceso a las guías del despacho de combustible “y eso nos afecta para poder buscar el alimento o medicamentos. Cuando logramos conseguir el combustible, los militares no los decomisan». Explicó que a lo largo del río Caura hay 3 alcabalas, y en todas se exponen  a la manipulación de funcionarios del ejército “nos hacen pagar vacunas para poder pasar el combustible”.

Tomado de: https://kape-kape.org/2019/10/12/otro-12-de-octubre-sin-nada-que-celebrar-para-los-pueblos-indigenas/